martes, 20 de julio de 2010

The importance of being

Son insoportables. Y eso todo el mundo lo sabe.
No saben quedarse callados aún cuando lo último que quieres es escuchar es su voz.
Te peleas con tus padres por su culpa todo el tiempo: que son mala influencia, que no les gusta como se visten o la manera en que dicen "cine" y, siempre es su culpa que la factura de teléfono pese más que su sueldo.

Nunca llegan temprano a ningún lugar o no saben llegar tarde.

Se saben absolutamente todos los detalles de la novela de las siete de la tarde pero son incapaces de acordarse que sos intolerante a la glucosa (siempre quise decirlo así).

Tienen la osadía de mentirte en la cara cuando les preguntas qué les pasa, pero se obstinan cuando vos sos el que les dice "Nada".

Quieren tan poco a otras personas que son capaces de no hablarles más si es que alguna de ellas te hizo llorar.

Son tan materialistas que se pasan todo el día de compras con tal de encontrarte el regalo perfecto, por más que ese sea una miniatura de algún mago con quien compartas una relación platónica hace más de diez años.
No tienen vergüenza ajena al disfrazarse como brujas para acompañarte al estreno de una película.
Ni hablar de los hombres, ¿a eso le llaman amor? Pueden estar locas por un chico pero, si a vos te gusta, son capaces de tragárse todo lo que sienten y ayudarte a conquistarlo.

Son unas inconcientes que no se preocupan por su salud. ¿A qué otra persona se le ocurre quedarse bajo el frío por media hora solamente para darte un hombro para llorar?

No saben en donde están paradas. Se toman colectivos que no vieron en su vida y hacen más combinaciones en subte que en un laberinto solamente para irte a ver al hospital.
Se atreven a hacerte fiestas sorpresas cuando estás deprimido haciéndote olvidar de qué significa no ser feliz.

Están más ciegas que Mr. Magoo. Para ellas siempre estás hermosa aunque no hayas salido de tu cama en días.
Y ni hablemos si tienen la desdicha (si, la desdicha) de compartir no solo el 99,99 % de tu ADN sino también el mismo techo. Ahí se vuelven brujas porque no importa lo malas que luzcan o los portazos que te den, ellas tienen el poder de hacer que no te sientas tan sola.
Son malas. No les importa agarrarte y ponerte en contra de un espejo para que te enfrentes con esas cosas que no queres ver, quedándose ahí paradas al lado tuyo hasta que no te quedaron más lágrimas para llorar.
¿Y lo peor de todo? No importa si se pelean, si el tiempo hace que tomen caminos separados y se distancien en la mitad del viaje o si se enamoran del chico que te gusta, ni contar si creen que estás loca, porque siempre van a estar a tu lado, encontrándose a un ring de distancia o al otro lado del charco.
Y créanme, no hay nada más odioso que saber que por más que las odies, no puedes vivir sin ellas.

2 comentarios:

  1. Es verdad ajajajajja pero que haríamos sin ellas, nunca te alejes de tus amigas, son las que te van acompañar toda la vida!!!!!!!!son las que te escuchan y te dicen la verdad aunque duela, con el tiempo nos damos cuenta que son las hermanas que elegimos!!!!! beso Stella

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  2. te quiero nabiii, no te lo digo muy seguido, pero te juro que te quiero

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